Desde el corazón

¡Imágenes!, ¡palabras! y ¡frases!

¡Imágenes!, ¡palabras! y ¡frases!
bonitas, preciosas, adornadas y bien compuestas… incluso, por supuesto, "bien intencionadas"
Que aparentemente relajan, sosiegan y traen paz y un poco de esperanza a nuestro corazón, cansado de vagar de un lado a otro arrastrado por los vientos de las emociones y los engaños.
Incluso, aquellas ¡Imágenes!, ¡palabras! y ¡frases! con “Sentido”, que veladamente muestran el camino para hacer realidad nuestro sueño más grande “el de ser felices, el de alejarnos de la desdicha”, solo seguirían siendo eso:
¡Imágenes!, ¡palabras! y ¡frases!, bonitas, preciosas, adornadas y bien compuestas…
porque no llegan a fundirse con nuestro corazón y nuestra mente, apenas si los roza como, una tímida brisa, sin dejar la más mínima huella; si acaso, solo dejarían la leve fragancia del propósito bien intencionado del que las escribió.
seguiríamos sin libertad alguna, las emociones nos seguirían controlando, cualquier contradicción que se nos presentase en aunque fuese muy leve, nos haría perder el control y frente a las experiencias mas duras y fuertes, seriamos como una hoja al viento.
¡Tenemos que trabajar sobre nosotros!
Si no hacemos nada, si no trabajamos sobre nosotros mismos, para examinar nuestra existencia con sinceridad y, poder llegar a hacernos preguntas vitales como:
¿Cuál es nuestro lugar en la vida?
¿Cuáles han sido nuestras prioridades hasta ahora?
¿Qué previsiones y cuáles son nuestras prioridades para el tiempo que nos quede por vivir?
Sencillamente, no descubriremos el sentido último de nuestra existencia y, por descontado que estaremos muy lejos de saber lo que es vivir esta vida, que ahora tenemos con “Sentido “y dejar de depender y ser arrastrados por las influencias externas.
Somos una mezcla de luces y sombras, de cualidades y defectos.
que, a pesar de toda nuestra agitación emocional y equivocaciones, nuestro verdadero ser permanece imperturbable
no necesita depurarse
ni decodificarse
ni reprogramarse
ni reemplazarse
pero
¿verdaderamente es esta nuestra condición ultima, un estado inevitable, inalterable, incambiable?
Y, si no es así, - como es el caso - ¿Qué podemos hacer para remediarlo?
Son cuestiones que, merecen ser formuladas, sobre todo, si creemos que serían deseables y posibles de cambiar.
A medida que vamos trabajando, dentro de nosotros, mediante la atención, la introspección, la vigilancia mental y la sabiduría, para cambiar los patrones habituales que nos mantienen encadenados al sufrimiento y la confusión, hemos de recordar que esos patrones
“¡No son lo que somos!”
Esos patrones no son la naturaleza verdadera de nuestras emociones, son identidades temporales que vamos asumiendo, mascaras que nos vamos poniendo y quitando y, adoptando en cada momento, según las circunstancias
Cuando nos enojamos
Cuando nos ponemos ansiosos
Cuando nos ponemos celosos
Cuando nos sentimos orgullosos
Cuando Dudamos
Cuando nos apegamos
Cuando estamos confundidos
Los pensamientos dolorosos nos afectan
la ira nos invade
las palabras duras nos hieren
Etc...
En ese momento, ¿Quien no soñaría con controlar sus emociones para ser libre y dueño de si mismo?
Pero detrás de cualquier mascara que nos pongamos, hay una fuente de una tremenda estabilidad, sabiduría, paz, claridad, poder y energía.
Porque esto, es así
“Siempre” podemos recuperar “la voluntad” “la confianza ““el equilibrio” “la energía” “la creativa”, “la felicidad”, “el gozo” y toda la fuerza interior que hemos perdido o abandonado, o simplemente dejado de percibir
“Para poder cambiar lo que queramos, en el instante que queramos”
Zopa